Tras el desastre la industria tomó nota de lo vivido. De hecho, han trabajado en el desarrollo del primer mapa de riesgo sísmico y de tsunamis del país.
La prueba de fuego para las aseguradoras que les costó US$7.500 millones
- Noticias
- 10 marzo, 2014
Fue uno de los momentos más críticos para la industria aseguradora. El 27F implicó no sólo un gasto de US$7.500 millones -por debajo de los US$10.000 millones estimados en un comienzo- en que las compañías debieron incurrir, sino que también un trabajo arduo para recibir la avalancha de denuncias, que debían ser liquidadas y pagadas -si correspondía- en el menor plazo posible. Lo recuerda el Vicepresidente Ejecutivo de la Asociación de Aseguradores, Jorge Claude. «A diciembre de 2010 ya se había liquidado el 99% de los siniestros habitacionales, con indemnizaciones que superaron US$1.200 millones en ese segmento. Otro dato importante es que en las estadísticas de la SVS del 2010 sólo hubo 7.500 reclamos, de los cuales muy pocos estaban relacionados con el terremoto, cifra muy menor, si se considera que se atendieron 235 mil solicitudes de indemnización», afirma.
El nivel de denuncias fue tal que en Chilena Consolidada -que debió desembolsar sobre US$800 millones- recuerdan que debieron montar sucursales de campaña en aquellas zonas en las que las oficinas no estaban operantes. Pero afirman que la buena respuesta del sector no hace necesario grandes cambios por la buena performance demostrada post terremoto.
De todas formas, la industria tomó nota de lo vivido. «El desastre se convirtió en un catalizador para llevar adelante un conjunto de iniciativas que han mejorado enormemente la industria. La mejora en las pólizas de los seguros hipotecarios es una, sin duda alguna; pero también hemos trabajado para estar mejor preparados cuando se vuelva a enfrentar una situación similar», afirma Claude. Justamente, el desarrollo de un Mapa de Riesgo dará luces sobre las zonas más afectadas por un eventual nuevo terremoto o tsunami.
Pero el siniestro también tuvo un costo que luego se sintió en las primas que se elevaron un 50% en promedio. Según el libro de la SVS sobre el terremoto, «debido a que las compañías aseguradoras debieron incurrir en costos de renovación de los contratos de reaseguro con los reaseguradores internacionales, se observó un incremento en la prima directa para prácticamente todas las compañías». Una situación que con todo se normalizó con el correr del tiempo.